Este patio con macetas del barrio de Mataderos, tiene claramente un predominio del color blanco.
El piso, las cortinas, las macetas y las flores, se armonizan con este impecable y pulcro color.
La monocromía al extremo.
El verde se recorta nítido contrastando con las paredes y la sutileza del rosa difuso de los pimpollos del jazmín se aprecia delicadamente.
Una visita inesperada. Esta mariposita se acercó a libar, vestida de blanco. ¡No podría haber sido de otra manera!